La desigualdad entre hombres y mujeres se refleja en pequeños actos cotidianos que no siempre percibimos.

Existen pequeños gestos, actitudes y expresiones, algunas de ellas muy sutiles, que ayudan a perpetuar roles de género, machismo y violencia suavizada contra las mujeres; se producen de forma natural en nuestro día a día y se le conoce como micromachismo.

El micromachismo ha adquirido popularidad, su significado se ha expandido más allá del ámbito de las relaciones de pareja y se utiliza para referirse a todos los comportamientos que refuerzan la posición de dominio de los hombres sobre las mujeres y que conocemos como machismo.

El machismo es una ideología muy arraigada en México que se presenta de muchas formas; abarca prácticas, discursos y comportamientos que niegan a las mujeres como personas autónomas e independientes.

Hacemos o decimos cosas que refuerzan las desigualdades, la mayoría de las veces sin darnos cuenta; una mirada de reprobación o un comentario irreflexivo, tanto en lo privado, en pareja o en familia, como en los lugares que compartimos con muchas personas, en la escuela, en el trabajo o en las redes sociales.

Los gestos, dichos, conductas y actitudes de violencia sutil son llamados micromachismos ya que, por la cotidianidad con la que se ejercen, suelen pasar desapercibidos.

Ejemplos de micromachismo:

-“¿Estás en tus días?”

-“Lloras como niña”.

-“El hombre llega hasta donde la mujer quiere”

-¿No crees que deberías ser un poco más femenina?”.
-“¡A ti lo que te hace falta es un novio!”.

-“¡Mujer tenías que ser!”

-“¡Inteligente como papá, bonita como su mamá!”

-“¡Mujeres juntas, ni difuntas!”

-“¡Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer!”

-“¡La suerte de la fea, la bonita la desea”!

-“¡Date a respetar!”

-“¡Así no se comporta una señorita!”

 

Con estas frases, vemos lo importante que es el lenguaje, porque refleja ideas y pensamientos sobre la figura de la mujer y su función en la sociedad.

A medida que la igualdad de género avanza, estas situaciones cada vez son menos frecuentes. Pero para conseguir una verdadera igualdad entre hombres y mujeres, debemos cambiar muchas de nuestras dinámicas y actitudes que siguen perpetuando los estereotipos y roles de género.

¡Aprendamos a identificar el micromachismo!

¡Señalemos a quiénes lo ejercen! y

¡Eduquemos en nuestras familias y circulos cercanos, para ayudar a erradicarlo de nuestra vida cotidiana y del mundo!.

En Rendichicas nos unimos por la igualdad de género.

¡Sumemos esfuerzos, juntas y juntos podemos!

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